El maná del océano profundo.
En las últimas décadas, los productos marinos se han hecho relevantes por su aporte de nutrientes que mantienen eficazmente las funciones de nuestro organismo. Existen estudios que reportan la relación entre el consumo de pescados, mariscos y crustáceos como el Krill, con diversos efectos benéficos a la salud, desde nuestro corazón, sistema inmune, hígado, cerebro, ojos e incluso la piel. Estos efectos se atribuyen, principalmente, a los abundantes ácidos grasos y a otras sustancias presentes en estas especies. El aceite de Krill se obtiene a partir de un tipo de crustáceo pequeño, parecido al camarón, que se conoce como Krill (Euphausia pacifica) y que es el principal alimento que consumen las ballenas, pingüinos y otras criaturas marinas.
El aceite de Krill, al igual que el aceite de pescado, es una fuente de ácido docosahexaenoico (DHA) y ácido eicosapentaenoico (EPA), tipos de grasas saludables que se encuentran sólo en fuentes marinas. Sin embargo, el aceite de pescado tradicional es rico en Omega-3, pero con un bajo contenido de antioxidantes. Mientras que el aceite de Krill combina de manera natural los Omega-3 con un especial antioxidante llamado Astaxantina, el cual es el responsable del pigmento que da al Krill y a otros crustáceos su típico color rojizo. Además, el aceite de Krill contiene fosfolípidos, sustancias que ayudan a los Omega-3 a integrarse en las membranas de las células sanguíneas, así como colina, un nutriente esencial para muchas funciones del cuerpo, como las del sistema nervioso, la del hígado y los músculos. Al mismo tiempo, la Astaxantina es un poderoso antioxidante que reduce el estrés oxidativo, ayuda a mejorar la función inmunitaria saludable, la salud cardiovascular, la piel y la vista.
La presencia de todas estas sustancias convierte al aceite de Krill en un producto con muchas propiedades beneficiosas para la salud, que incluyen:
- Es un soporte del sistema cardiovascular.
- Ayuda a fortalecer el sistema inmunitario saludable.
- Apoya la salud inflamatoria.
- Su capacidad antioxidante neutraliza los radicales libres y apoya el envejecimiento saludable.
- Beneficia al sistema nervioso y la capacidad cognitiva.
- Ayuda a mejorar las articulaciones y aumentar la flexibilidad, lo que contribuye a llevar un estilo de vida más activo y saludable.
- El aceite de Krill se absorbe más rápido que el aceite de pescado.
El aceite de Krill obtenido de las profundidades del Océano Pacífico Norte, es una forma limpia y pura de obtener los beneficios de los Omega-3, (DHA y EPA) junto con la valiosa Astaxantina, fosfolípidos y otros nutrientes. Una de las grandes ventajas del consumo del aceite de Krill es que no genera los llamados “eructos” dado que los fosfolípidos presentes, al mezclarse con los jugos gástricos, se metabolizan lejos de la boca del estómago; evitando el desagradable reflujo o malos olores.
La naturaleza nos proporciona las herramientas para ser saludables; depende del conocimiento que tengamos de ella para aprovechar sus beneficios.