
El azúcar ¿una dulce adicción?
Podemos definir las adicciones como los hábitos de comportamientos peligrosos o de consumo de sustancias de las que no se puede prescindir o que hacerlo resulta muy difícil. Esto, como resultado del grado de dependencia psicológica y/o fisiológica que producen. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las adicciones producen que la persona tenga dificultades para modificar la cantidad e intensidad de dicho consumo por lo que no logra interrumpirlo.
La investigación sobre adicciones tradicionalmente se enfoca en drogas de abuso, como morfina, cocaína, nicotina y alcohol. Sin embargo, modernamente se habla de una variedad de "adicciones" a entidades no relacionadas con las drogas, como el juego, el sexo e inclusive la comida; de ahí surge la pregunta ¿es el azúcar adictivo?
La OMS estima como cantidad recomendada 25 gramos de azúcar al día, estableciendo un límite máximo en adultos de 50 gramos. Sin embargo, el consumo en las sociedades occidentales sobrepasa con creces este límite, situándose en los 70 gramos al día por persona en España y en los 126,4 en los Estados Unidos. Existen razones que podrían explicar estos excesos, además de su agradable sabor dulce.
Cuando experimentamos algo que consideramos significativo, el cerebro nos recompensa con una sensación de disfrute, felicidad y bienestar. Puede suceder como resultado de estímulos naturales, como el sexo o la socialización o aprender algo nuevo. Los estímulos naturales y artificiales, como las drogas, activan el sistema de recompensa del cerebro, donde se liberan neurotransmisores como la dopamina y los opioides.
Un estudio, realizado con cerdos y publicado en Scientific Reports, revela la reducción de los receptores dopaminérgicos y opioides, lo cual implica que el sujeto deberá ingerir mayor cantidad de la sustancia que desencadena la respuesta de placer, para poder alcanzar el mismo nivel de satisfacción experimentado tras la primera toma. Para los autores, los resultados del estudio sugieren que la sacarosa (azúcar) actúa como una suerte de droga de abuso, pues afecta a los mecanismos de recompensa cerebral de modo parecido.
Al referirse al uso de drogas, la adicción se conoce como trastorno por uso de sustancias (TUS) y se considera una “enfermedad cerebral que se manifiesta por el uso compulsivo de sustancias a pesar de las consecuencias nocivas”. Los expertos utilizan un manual de diagnóstico que en su sección de usos de sustancias incorpora once criterios para el diagnóstico de adicción: 1. Utilizar una cantidad mayor y durante más tiempo de lo previsto; 2. Deseo fuerte de la sustancia; 3. Mucho tiempo de uso; 4. Intentos repetidos de dejar la sustancia y / o controlar el uso; 5. Problemas sociales / interpersonales relacionados con el uso; 6. Descuido en el uso de su papel principal; 7. Abandono de sus actividades; 8. Uso continuado a pesar del riesgo; 9. Problemas Físicos/Psicológicos relacionados con el uso; 10. Desarrollo de tolerancia; 11. Signos de abstinencia. Un paciente debe cumplir al menos dos de esos criterios para considerarse adicto o una sustancia debe provocar al menos dos para considerarse adictiva.
Estudios realizados con ratas demuestran que existe una fuerte evidencia de la existencia de adicción al azúcar. En el modelo utilizado se cumplieron cinco de los once criterios para diagnóstico de uso de sustancias, específicamente: uso de cantidades mayores y durante más tiempo del previsto, deseo fuerte de la sustancia, uso continuado a pesar de los riesgos, tolerancia y abstinencia.
No es de extrañar que las conductas naturales (comer) y las drogas de adicción probablemente compartan los mismos sistemas neuronales. La búsqueda de alimentos nutritivos en tiempos de escasez como los de la prehistoria, debieron establecer mecanismos de adicción pues al hallarlos el consumo era máximo, lo que permitió la sobrevivencia en períodos prolongados de inanición. Estos mecanismos de adicción no sólo son útiles en la conducta alimentaria, se observa que el consumo de cocaína por los indígenas de los Andes, al igual que la cafeína por los trabajadores nocturnos, son también necesarios para la sobrevivencia, ya que mejora el rendimiento físico en dos situaciones difíciles.
Desde una perspectiva evolutiva, debemos considerar la adicción como un rasgo normal que permitió a los humanos sobrevivir en condiciones primitivas cuando la comida escaseaba. A medida que evolucionamos culturalmente, los circuitos neuronales involucrados en las conductas adictivas se volvieron disfuncionales y, en lugar de ayudarnos a sobrevivir, de hecho están comprometiendo nuestra salud.
Más importante de si el azúcar es adictivo o no, son los efectos contraproducentes de una elevada ingesta de azúcares procesados lo que debe preocupar, ya que no se ciñen a una simple caries, sino que van mucho más allá. Mientras que en los países en vías de desarrollo la principal causa de muerte son las enfermedades infecciosas, en los países desarrollados la gran mayoría de defunciones se deben a enfermedades no transmisibles, las cuales en su mayoría se ven agravadas por el estilo de vida y la alimentación; entre ellas se encuentran las enfermedades cardiovasculares (ictus, infarto de miocardio, entre otras) y las enfermedades metabólicas, es decir, la diabetes mellitus, la obesidad, la arteriosclerosis, la hiperlipemia y la hipertensión.
A diferencia de las drogas de abuso, el azúcar es necesario para que nuestro cuerpo funcione, sin embargo consumirlo en exceso puede ser perjudicial para nuestra salud. Limitar el consumo nos puede ayudar a mantenernos dentro de los límites permitidos. Sabemos de alimentos que explícitamente contienen azúcares, sin embargo hay otros donde el azúcar no es tan evidente; son esos alimentos a los que la industria añade azúcares para hacerlos más apetecibles. Es importante ver las etiquetas antes de consumir, centrarse en preparar comidas saludables y limitar la ingesta de alimentos que contienen edulcorantes añadidos para así disfrutar de una mejor salud.
Hay una sutileza en la adicción a la comida en la que una mayoría significativa de las personas que cumplen con los criterios de adicción, pueden no ser conscientes de ella, probablemente porque no está ampliamente aceptada como norma social. Además el término adicción lleva consigo un estigma cultural asociado.
¿Tiene usted problemas con el consumo de azúcar? Existen indicadores que pueden alertarnos sobre si somos adictos o no.
- Consumir de manera compulsiva, diariamente, productos azucarados.
- Planificar con frecuencia la compra de dulces.
- Sustituir alimentos más sanos por dulces, como zumos en lugar de frutas.
Cuando quiera consumir azúcares, en exceso, piense en los efectos negativos para su salud y busque otro sistema de recompensa.
Ramona Ávila Núñez, PhD
Referencias
Winterdahl, M., Noer, O., Orlowski, D., Schacht, A. C., Jakobsen, S., Alstrup, A. K., et al. (2019). Sucrose intake lowers μ-opioid and dopamine D2/3 receptor availability in porcine brain. Scientific reports, 9(1), 1-11.
David A. Wiss, Nicole Avena, and Pedro Rada. Sugar Addiction: From Evolution to Revolution (2018) Front Psychiatry 9: 545
Rada, Pedro, Avena, Nicole M, & Hoebel, Bartley G. (2005). Adicción al azúcar: ¿mito ó realidad? Revista Venezolana de Endocrinología y Metabolismo, 3(2), 02-12 http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1690-31102005000200002&lng=es&tlng=es