Los ojos, la tiroides y el envejecimiento

Hipotiroidismo, Retina, Retinopatía diabética -

Los ojos, la tiroides y el envejecimiento

En los ojos del diabético

La diabetes lesiona los ojos de manera diversa, las afecciones más comunes son el glaucoma, cataratas, retinopatía diabética (RD) y el desprendimiento de retina; que pueden afectar la visión e incluso producir ceguera.

Su severidad está relacionada con niveles elevados y sostenidos de azúcar, colesterol alto, tiempo de evolución de la diabetes (a mayor tiempo mayor severidad), hipertensión, cigarrillo, embarazo y enfermedad renal.

La hiperglicemia lleva a cambios inflamatorios en la retina que determina su deterioro hasta el punto de ser grave o irreversible. También afecta la acomodación del cristalino, con estragos en la visión lejana (similar a la miopía) con glicemias elevadas, una vez iniciado el descenso de la glicemia se produce un efecto contrario desmejorando la visión cercana (presbicia diabética), siendo una situación temporal y reversible. Es importante explicar al paciente esta condición debido a la falsa creencia que los tratamientos para la diabetes dañan la vista, abandonándolos e favoreciendo la aparición de complicaciones que amenazan la visión.

La RD inicialmente es asintomática sin hallazgos evidentes al examen físico, durante este período se producen cambios en la retina que llevan a su deterioro. Los síntomas surgen en los estadios avanzados cuando el daño es severo, (disminución de la visión nocturna, moscas volantes, puntos o zonas ciegas y la pérdida de la visión). En ciertas condiciones sentimos dolor ocular o visión doble por afectación de los músculos oculares.

No se debe esperar la aparición de los síntomas para acudir al médico. La vigilancia oftalmológica debe ser temprana y periódica, lo que permite establecer un diagnóstico oportuno, definir su severidad e iniciar el tratamiento adecuado.

La mejor terapia es la prevención logrando el buen control de la glicemia (HbA1c <7%), colesterol, tensión, peso, dieta adecuada, cumplimiento del tratamiento farmacológico indicado y el ejercicio que debe ser especificado por el médico, ya que en algunos casos se debe evitar los ejercicios de impacto o resistencia como el boxeo, pesas, trote, o actividades que aumentan la presión (soplar globos).

El hipotiroidismo

La tiroides es una glándula en forma de mariposa localizada en la parte anterior del cuello y ejerce sus funciones mediante la producción de la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3), siendo estas a su vez reguladas por la hormona estimulante de la tiroides (TSH). 

La enfermedad tiroidea predomina en mujeres y el 60% de las personas que sufren de la tiroides la desconocen. 

Ciertas afecciones tiroideas provocan disminución en la producción hormonal (hipotiroidismo), siendo esta la alteración funcional más común; sus causas son diversas como la Tiroiditis autoinmune o Hashimoto (más frecuente) y otras formas de tiroiditis, deficiencia de yodo, cirugías tiroideas, terapia con yodo radiactivo (I131), medicamentos, radioterapia externa, enfermedades infecciosas o infiltrativas. 

Se relaciona con antecedentes familiares de patología tiroidea, síndrome de Down, enfermedades autoinmunes. Es común evidenciar elevación del colesterol (LDLc), anemia y prolactina alta.

Su sintomatología suele ser inespecífica pero sugerente de enfermedad, como la frecuencia cardíaca baja, piel y cabello secos, palidez, caída de las cejas, disminución de la sudoración, intolerancia al frío, lengua gruesa, hinchazón en ojos, cara y tobillos; voz ronca, estreñimiento, debilidad en levantar brazos o piernas, subir escaleras, cansancio fácil, todo es lento el habla, pensamiento, aprendizaje, movimientos, reflejos (aquiliano), metabolismo (obesidad). Trastornos cognitivos, de memoria, alteraciones menstruales (abundantes y/o prolongadas) y de la fertilidad.

Lo inespecífico de los síntomas dificulta el diagnóstico, todos los casos sospechosos deben ser evaluados, al igual que en el embarazo y en el recién nacido, mediante la medición de TSH principalmente y niveles de T4L otros estudios serían planteados por el especialista.

El tratamiento consiste en la administración de dosis sustitutivas de hormona tiroidea (levotiroxina).

Envejecimiento activo

La vejez es una etapa de la vida y el envejecimiento es un proceso involutivo que ocurre a lo largo de ella. Ambas son inherentes a nuestra realidad bio-psico-social. 

La vejez es una etapa que marca su inicio a los 60 años y termina al fallecer, es un periodo de cambios biológicos y funcionales en todas las áreas del organismo, en tanto que el envejecimiento es un proceso universal, inherente a todos los seres vivos y tiene su inicio desde el mismo momento de la concepción e incluye 3 componentes: el envejecimiento biológico, social y psicológico

Este proceso se caracteriza por la disminución de la capacidad adaptativa del individuo hacia su entorno, siendo cada vez más sensible, vulnerable y frágil al medio que lo rodea.  En el concepto Darwiniano de la teoría del más apto, el individuo presenta un declive físico que él mismo reconoce con cambios en sus hábitos y rutinas con reemplazo a actividades menos exigentes con tendencia al aislamiento, pérdida de autoestima y de autonomía. 

Se generan respuestas sociales de rechazo en el entorno al no ser aptos para actividades que exigen mejores condiciones físicas con cambios en su estatus quo que conlleva a procesos de auto-desvalorización, desmotivación, aislamiento social y depresión que afecta el ámbito cognitivo con disminución de la capacidad de concentración, coordinación, memoria y reacción ante las circunstancias.

El abordaje de este periodo depende de conceptos culturales, momento histórico, clase socioeconómica, las actitudes psicológicas del individuo y actitud familiar, todo podría llevar a una sublimada gerontofobia que acelere el deterioro neuropsicológico.

Un envejecimiento positivo y activo debe incluir un marco de condiciones físicas, mentales y sociales adecuadas, el reforzamiento de hábitos saludables y la estimulación cognitiva mediante actividades y ejercicios, son una herramienta efectiva que estimula el menor deterioro de capacidades cognitivas (memoria, atención, lenguaje, razonamiento o planificación) del adulto mayor. Los cuidadores, familiares o terapeutas (presencial o virtual), deben formar parte de él.

Si deseas más información haz contacto o añade comentarios.

 

Dra. Lucia M. Gonçalves Jardim
Médico Internista.
Especialista en Endocrinología y Metabolismo

Correo electrónico: luciamgoncalvesj@gmail.com
Teléfono: +351 939 056 458


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