Ayúdate a ser sano y joven

Alimentación saludable, Ejercicio, Salud, Salud mental -

Ayúdate a ser sano y joven

A lo largo de la historia de la humanidad, el ser humano ha ido cambiando e incrementando sus necesidades. Al comienzo su necesidad básica era sobrevivir, para lo cual se alimentaba con lo que podía conseguir. Una vez superadas las necesidades de alimentación y salud, las expectativas de vida se incrementaron y la vida se hizo más larga en el tiempo. Modernamente tanto hombres como mujeres no sólo quieren vivir más, sino además conservarse jóvenes y con calidad de vida.

La esperanza de vida está condicionada en un 25% por los genes y el 75% restante depende de los factores reconocidos bajo el concepto “estilo de vida”. ¿Cuántos años vivirás? No es fácil contestar a esta pregunta. La genética influye, pero no tanto como se podría pensar, tan sólo el 25% del potencial vital se debe a la herencia, el resto depende del estilo de vida. Si bien es cierto que las personas que viven muchos años provienen de familias donde impera la longevidad, la herencia poco influirá si no se mantienen ciertos hábitos saludables.

Aunque el deseo de tener una larga vida siempre ha existido, esto ya no es suficiente. No sólo queremos ser longevos sino además mantenernos sanos y jóvenes; encontrar de alguna manera el anhelado elixir de la eterna juventud para jamás envejecer. No existe tal elixir, pero sí algunos hábitos que ayudan a vernos y sentirnos como si hubiésemos encontrado la fuente de la juventud, sin necesidad de hacer parada en un quirófano.

Para conseguir una longevidad satisfactoria con una buena calidad de vida es importante modificar los estilos de vida insanos por estilos saludables desde edades tempranas. Adoptar estrategias que  impacten significativamente para obtener la vida que queremos vivir.

 Aliméntese adecuadamente

La alimentación es la responsable de mantenernos saludables y de conservar cada área de nuestro cuerpo. Desde una adecuada hidratación, hasta comer balanceado, en horarios definidos y sin excesos.

Es importante mantener en sus niveles normales a la leptina (hormona involucrada en la regulación del peso corporal a través de la regulación del apetito) y la insulina (hormona que permite a las células disponer del aporte necesario de glucosa para los procesos de síntesis con gasto de energía) para esto se debe evitar las cantidades excesivas de azúcares, alimentos procesados y otros ingredientes pro-inflamatorios como las grasas trans.

Aumente el consumo de frutas y verduras, consuma proteínas de calidad con bajo contenido en grasas, incorpore fibra y disminuya los hidratos de carbono.

Si su alimentación por alguna razón no es equilibrada (vegetariana, vegana, entre otras) compense con suplementos de vitaminas, minerales, antioxidantes. Su organismo se lo agradecerá con una mejor calidad de vida.

Adquiera habilidades y conocimientos nuevos

Ejercitar la mente es un hábito que puede mantener jóvenes los cerebros a pesar de la edad. Leer un libro, seguir recetas, estudiar, aprender un nuevo idioma, son algunas de las actividades que sacuden los años.

En una investigación publicada en el portal Proceedings of the National Academy of Sciences, cuando se adquieren habilidades y conocimientos nuevos se fomenta el crecimiento de las conexiones cerebrales (sinapsis) que permiten la comunicación entre neuronas, manteniendo al cerebro plena forma.

Deje que la piel respire

La piel es el órgano más grande del cuerpo y hay que aprender a cuidarla. Se debe tomar sol con precaución, usar cremas hidratantes y protectoras, exfoliarla, así como dejarla descansar de químicos, maquillajes y otros agentes contaminantes. Esto retardará las arrugas, líneas de expresión, sequedad y en general cualquier signo de envejecimiento.

Alivie tensiones

El estrés tiene un impacto directo en la inflamación, que a su vez es la base de muchas enfermedades crónicas que matan prematuramente a las personas cada día, por lo que el desarrollo eficaz de mecanismos que le hagan frente al estrés es un factor importante que promueve la longevidad.

La meditación, oración, actividad física y el ejercicio son opciones viables que pueden ayudarle a mantener el equilibrio mental y emocional. Las preocupaciones y el estrés afectan de muchas maneras el organismo, haciendo posible que se evidencie el paso de los años con mayor facilidad.

Evite el sedentarismo

El ejercicio es una de las maneras más efectivas para recuperar la sensibilidad a la insulina. Está demostrado que el ejercicio regular puede ayudar a prevenir o retrasar la aparición de la hipertensión, la obesidad y las enfermedades cardíacas solo por nombrar algunas de las enfermedades que contribuyen significativamente a la muerte prematura.

Aléjese de las sustancias tóxicas

La nicotina y el alcohol son sustancias socialmente permitidas; sin embargo, producen mucho daño a la salud, por lo que es mejor no consumirlos.

La nicotina se asocia con algunas enfermedades comunes muy frecuentes como son, las enfermedades respiratorias crónicas, los problemas circulatorios, el cáncer y el envejecimiento de la piel.

El alcohol estimula el proceso de oxidación de las células y propicia la arteriosclerosis; además se asocia con grandes problemas de salud de tipo digestivo, neurológico, cardiovascular, bucal, entre otros.

Mantenga una actitud positiva ante la vida, ríase y sea feliz

Las investigaciones en psicología revelan que la mente y el cuerpo están íntimamente vinculados. Si la salud mental se deteriora, la salud física puede empeorar también. Y si la salud física se afecta, se puede estar mentalmente deprimido. Una actitud positiva  puede ayudar al mantenimiento de una vida plena y saludable.

De acuerdo con el Journal of Hapiness Studies, la felicidad, no sólo prolonga la vida de las personas, sino que además evita que contraigan enfermedades y brinda una vida más saludable por lo que la piel y el resto del cuerpo se mantienen en mejor estado.

La risa es el ejercicio más económico, sencillo y eficaz para conservar la juventud. Tener una actitud positiva, ponerle la mejor cara a las situaciones y ser feliz prolongan la vida de las personas. Seguir adelante con resiliencia incluso en los momentos más desafortunados es capaz de mantener viva la llama de la juventud.

Ramona Ávila Núñez, PhD

 


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