Pensamiento elástico, aprende a adaptarte
Seguro que alguna vez has escuchado frases como: “Los inteligentes cambian de opinión”, "Aquellos que no pueden cambiar de opinión no pueden cambiar nada". Son frases que denotan que el cambio no solamente es indispensable sino también inevitable, pues la vida no es estática sino todo lo contrario, por lo tanto cada día nos enfrentamos a nuevas situaciones.
La aparición de la pandemia de la Covid-19 es un claro ejemplo de que en cualquier momento las cosas pueden cambiar y es importante que nuestro cerebro tenga la capacidad de cambiar para adaptarnos al medio y mejorar nuestras posibilidades de supervivencia.
Esa capacidad de nuestro cerebro para adaptar nuestros comportamientos, pensamientos y sentimientos de acuerdo con las circunstancias es lo que se conoce como pensamiento elástico. Este término, acuñado por Leonard Mlodinow, físico teórico y guionista de la popular película Star Treck, hace referencia a la capacidad del cerebro para estirarse y aprender otros procesos de pensamiento que permiten el despertar de la creatividad. En su libro "Elástico: pensamiento flexible en un mundo en constante cambio”, el autor explica las técnicas que activan la imaginación, la generación de nuevas ideas y el pensamiento divergente. Estas habilidades están integradas en el cerebro de manera innata, sin embargo a medida que crecemos dejamos de usarlas.
Las técnicas para estirar el cerebro
Para volver a activar la elasticidad cerebral no se necesitan complejos ejercicios mentales o habilidades especiales, lo importante es ver con entusiasmo la novedad y acostumbrarse a nunca “acostumbrarse”. De esta manera podemos mejorar nuestra memoria, nuestra atención, nuestra inteligencia, nuestra intuición y nuestra capacidad cognitiva en general, es decir, nuestra capacidad mental. Y estas acciones no solo serán efectivas en el momento presente o en el corto plazo, sino también en el largo plazo para mantener nuestra capacidad cognitiva intelectual el mayor tiempo posible según vayan pasando los años.
Para ello, Mlodinow sugiere poner en práctica las siguientes actividades:
- Tomar nuevas rutas hacia la casa o el trabajo solo para experimentar nuevas sensaciones
- Hablar con extraños que nunca podrías conocer en tu círculo social
- Escuchar personas o argumentos con lo que se está en desacuerdo totalmente
- Asistir a eventos artísticos o sociales que nunca te llamarían la atención
- Probar un menú diferente o visitar lugares que se consideran no gratos
- Soñar despierto y proponer soluciones poco convencionales a cada aspecto de la vida
Aunque realizar estas actividades no garantiza un cambio inmediato en nuestros comportamientos, pensamientos o sentimientos, sí pueden ayudar a ampliar los conceptos con los que vivimos. Cuánto más estemos expuestos a experimentar cosas nuevas, más amplia será la capacidad de discernimiento de nuestro cerebro, más elásticas las ideas que éste pueda generar y mejor nuestra capacidad de adaptación.
Ramona Ávila Núñez, PhD