La próxima pandemia
La pandemia originada por el COVID-19 ya ha tenido un poderoso impacto en la salud de las personas y en la economía del planeta. Sin embargo, otra nefasta consecuencia representa la amenaza para la salud mental de gran parte de la población.
El aislamiento social, las preocupaciones y la incertidumbre por el destino económico y social de la humanidad induce estados de ansiedad, estrés, depresión y otros sentimientos negativos en gran parte de la población. Mientras que las personas con problemas de salud mental preexistentes y consumo de estupefacientes podrían presentar efectos aún más críticos. Además, si a esto se unen las dificultades para tener acceso a los servicios de salud mental, nos encontramos con una situación compleja que requiere respuestas inmediatas.
Diversas investigaciones comienzan a desarrollarse para evaluar las consecuencias psicosociales de la pandemia en los próximos años. Se sabe que los coronavirus tienen efectos neurotóxicos y causan trastornos neurológicos y de salud mental.
Un artículo reciente publicado en la revista The Lancet, exhorta a la comunidad científica a colaborar con la investigación de los efectos de la pandemia sobre la salud mental en la población y la posibilidad de que el virus pudiera infectar el cerebro o desarrollar efectos adversos sobre la función cerebral. Otros estudios también alertan sobre posibles complicaciones psiquiátricas y efectos neurodegenerativos a largo plazo. También, se señalan síntomas neurológicos inespecíficos como mareos, dolor de cabeza, encefalitis, eventos cerebrovasculares, psicosis, estados mentales alterados, síndrome neurocognitivo (similar a la demencia), entre otros.
Para enfrentar los pronósticos que se ciernen sobre esta pandemia, se requiere cuidar la salud física y mental. Algunas recomendaciones dadas por los expertos indican una buena alimentación para fortalecer el sistema inmunológico, dormir suficientemente, mantenerse racionalmente informado de fuentes confiables de lo que ocurre sin escuchar continuamente noticias que puedan incrementar la angustia y preocupación, mantenerse en contacto con los familiares y amigos mediante las tecnologías de la comunicación, asumir una actitud activa aprovechando el tiempo en aprender y desarrollar alguna idea útil desde su casa, utilizar métodos de relajación y meditación. No obstante, el mayor de todos los beneficios que podemos darnos es: comprender y apoyar a otras personas para que logren superar esta situación. El sentido de la compasión, no solo debemos verla como un sentimiento altruista de solidaridad con otros; es realmente, el sentimiento que permitió a nuestros ancestros, en las condiciones más vulnerables de las sociedades primitivas, mantenerse en el planeta. La compasión es la capacidad de sentir las emociones de otra persona y el deseo de ayudar. Seamos compasivos entre nosotros, con los animales y con nuestro planeta; solo así superaremos estos difíciles tiempos.
Referencias
- Holmes E et al. Multidisciplinary research priorities for the COVID-19 pandemic: a call for action for mental health science. The Lancet Psychiatry April 15, 2020 DOI:https://doi.org/10.1016/S2215-0366(20)30168-1
- Varatharaj A et al. Neurological and neuropsychiatric complications of COVID-19 in 153 patients: a UK-wide surveillance study. The Lancet Psychiatry. June 25, DOI:https://doi.org/10.1016/S2215-0366(20)30287-X
- Kessler S et al. Social Structure Facilitated the Evolution of Care-giving as a Strategy for Disease Control in the Human Lineage Sci Rep 8, 13997 (2018). https://doi.org/10.1038/s41598-018-31568-2