Del Gen Egoísta al COVID-19
Para reflexionar...
En 1976, Richard Dawkins escribió el libro El Gen Egoísta, donde analizaba la evolución de las especies desde el punto de vista de los genes en lugar del individuo. De acuerdo con esto, el planteamiento de Dawkins sería que el gen es la unidad evolutiva fundamental de la que partió la vida. Dicho en otras palabras, los organismos serían máquinas programadas con el fin de garantizar la supervivencia de los genes. Así, las especies, incluyendo los humanos se constituyen en el instrumento que los genes utilizan para inmortalizarse en el tiempo. Allí también el autor definió el concepto de meme como una unidad de información trasmitida de un cerebro a otro mediante el lenguaje, las costumbres, la escritura, la enseñanza, las habilidades, el comportamiento, la imitación, el gesto, repetición y cualquier forma susceptible de ser imitada.
Entonces, los memes, vienen a ser los genes culturales, que tal como los genes del ADN, transmiten información, se autoreplican y mutan. Los genes codifican la información genética en el ADN mientras que los memes codificarían la información cultural en ondas sonoras, ondas electromagnéticas, olores, etc. Cuando los memes se autoreplican lo suficiente, se agrupan y forman un memplex, un conjunto de memes que se ayudan mutuamente para sobrevivir. La teoría de Dawkins tiene implicaciones muy profundas porque, dependiendo de la información trasmitida, sea de los genes o de los memes, el resultado o destino de la especie sería diferente. En el campo filosófico surgen muchas preguntas: ¿podría el ser humano llegar a orientar su propia evolución con el control de los genes y los memes?
Reflexionando acerca de la obra de Dawkins, cabe preguntarse también, si fuera posible observar impersonalmente lo que ocurre en estos tiempos de pandemia, veríamos la batalla entre dos moléculas: el ARN del coronavirus y nuestro ADN. Ambas moléculas tienen el mismo mandato biológico: sobrevivir. Los virus “saben” que no pueden perpetuarse sin nosotros; por eso, nos invaden y nos hacen toser para regarse en el ambiente e invadir a más huéspedes. Mientras no se desarrolle la vacuna, estaremos en desventaja.